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MOLINA EN ÍCARO

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Ayer día 15 en la noche fue inaugurado el XV Festical Ícaro en Guatemala, proyecto  nacido en Casa Comal de la mano de Rafael Rosal y Elías Giménez. Parte de la inauguración fue una Ceremonia Maya y en la noche en el Teatro Nacional se proyectó el film Donde Nace el Sol la última película hasta ahora de  Elías Jiménez.

Ceremonia Maya



Hoy 16 ha comenzado mi taller Non-Budget Film, con estudiantes de diferentes países de Centroamérica, entre ellos: Guatemala, Honduras y Costa Rica. La premisa del taller es una cámara y una idea en la cabeza y ver el audiovisual como un acto de rebeldía creadora, trabajando con los medios que estén al alcance del estudiante e invadiendo los espacios urbanos para crear.

Taller: Non-Budget Film
Como parte de las actividades del taller, se me ocurrió involucrar a varios de los directores que están presentes en el Festival, para intercambiar con los estudiantes experiencias y sus diferentes maneras de hacer y pensar el audiovisual, y establecer entre ellos un puente de discusión y de real intercambio que beneficiaría a los participantes del taller. Gente como el cubano Juan Carlos Cremata, el guatemalteco Sergio Ramirez, el salvadoreño Adres Guttfreu, el hondureño Hispano Durón, el colombiano Oscar Ruiz Navia y un servidor hablaron con los estudiantes sobre el trabajo con los actores, con el equipo y sus diferentes maneras de contar una historia.







EN ANTIGUA GUATEMALA

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En esta mañana del 18, en compañía de mis estudiantes y acompañado también por Hispano Durón, realizador hondureño graduado de la EICTV de San Antonio de los Baños, nos fuimos de paseo a conocer Antigua Guatemala, la cabecera del municipio y departamento de Zacatepequéz, en el camino conversamos y aclaramos  ciertas curiosidades que cada uno tenía de nuestros países.

Al llegar allá nos bajamos a conocer y a caminar por el Cerro de la Cruz desde donde se observa el volcán de Agua. Después, un paseito por la bella ciudad, de mercado por supuesto, a comprar artesanías y regatearle a los vendedores





Al terminar el paseo por el Cerro de la Cruz y la ciudad, fuimos de visita a La Casa del Río, un museo con el que se quiere crear conciencia sobre la importancia del cine en Guatemala. Allí nos sonamos unas cuantas copitas de vino tinto que le vinieron muy bien al viajero para limpiar el polvo del camino.


TALLER NON-BUDGET FILM (cont...)

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Después de las charlas sobre cine pobre y rebelde, donde desde el primer día, un guión fue entregado a los participantes del taller, quienes se dividieron en grupos para realizar 3 cortometrajes que reflejen la visión de cada director sobre una misma historia. Después de un único día de pre comenzada el lunes 19 y asesorada por algunos de los directores invitados, hoy martes 20, los grupos comenzaron con la única jornada de producción (rodaje) de @-2/56, guión de Arturo Infante y mío que utilizo mucho en mis talleres por lo potente que es para este tipo de ejercicio.


Desde temprano los grupos comenzaron a rodar con mucha pasión y entrega, poco a poco fui dándole vueltas durante la jornada de rodaje para aclarar y aclararme cualquier duda. Estaban bastante bien sincronizados. Me acompañaron algunos de los realizadores invitados al festival, el propio Elías Jimenez, director del mismo y Cristian Sida, director del festival de cine latino de Vancouver. Mañana a postproducir edición, sonido y corrección de luz y color.








En la noche sobre las 6: 30 p.m. fui entrevistado por El Fantasma, personaje de la radio en su programa Gente Demente  Frezca en la nueve cuatro nueve FM la Marca.




ENTRE LA RADIO, EL TALLER Y EL OLVIDO

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Esta mañana del 22, me recogieron en el Hotel Princess, donde me alojo acá en Guatemala, y me llevaron a una entrevista en una estación de FM dentro de un programa dedicado al cine y más específicamente al Festival ÍCARO. Allí estaban Elías Jiménez, director del festival y Ray Figueroa, programador.
Fue una linda charla entre amigos, donde hablé de mi trabajo en el festival e invité al público guatemalteco a que fuera a ver las locuras de Molina que en la noche se proyectan a partir de las 5:00 p.m. en el Cinépolis de Miraflores.





En la tarde, después del almuerzo acabo de pasar por Casa Comal a ver como va la postproducción de los cortos. Los tres grupos están en edición y trabajan con mucha pasión tratando de cerrar sus historias e intercambiando criterios entre ellos. Eso es lo más importante, el trabajo en equipo.

El grupo de Guatemala

El grupo de Honduras

El grupo de Costa Rica

En la noche después de mi presentación en el Cinépolis de Miraflores, de la mano del cineasta guatemalteco Julio Hernández, nos fuimos un grupo de personas al mítico bar El Olvido, con más de 100 años de existencia y servicios al consumidor. Allí entre música trash de Juan Gabriel, Los Lobos, La India, etc. etc., nos bebimos un montón de cervezas. Maravillosamente atendidos por la anciana dueña en compañía de su gato Ángel pasamos un rato muy agradable. Estábamos allí Julio y su esposa Pamela, productora, Joaquín Ruano, productor, Oscar Ruíz Navia, realizador y productor colombiano, Christian Sida-Valenzuela, director del Festival de Cine Latino de Vancouver, el realizador tico Gustavo Fallas, entre otros artistas que nos acompañaron. Aquí algunas stills de ese encuentro.












CIERRE DEL TALLER, FIN DEL ÍCARO y REGRESO A CASA

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Ayer sábado 24 después de algunas in contingencias producto de lo nutrido en cuanto a opciones que estaba el Campus Central del festival, se cerró el taller de cine Non-Budget, impartido por Jorge Molina. Estaban allí los realizadores Gustavo Fallas, Hispano Durón y Elías Jiménez. Vimos los cortos realizados por los equipos ticos, hondureños y guatemaltecos, todos trabajaron sobre un mismo guión, arroba 256 de Arturo Infante y su servidor. El análisis y la discusión fueron rigurosos y profundos, mis colegas opinaron sobre los resultados y los estudiantes hablaron sobre el proceso y trabajo en equipo, al final todos coincidimos en que hay que hacer audiovisuales a como sea y en nuestras realidades y que además se puede. Elías dijo unas palabras y me agradeció el que haya estado allí impartiendo el taller. Creo que la experiencia fue buena y espero haber dejado una chispita encendida que se convierta en una poderosa flama que haga arder el audiovisual en Centroamérica. Ya veremos.






En la noche terminó el ÍCARO, la clausura fue en el Museo de Arte y se anunciaron los premiados, entre ellos, mi amigo Juan Carlos Cremata que ganó mejor film internacional con Chamaco.



Yo entregué un permio de cine experimental. Lo recogió Ray Figueroa a nombre del realizador puertorriqueño Vicente Juarbé que no estaba allí.


Después nos fuimos a un bar y más adelante en la madrugada a seguir la fiesta en casa de Juliet, una francesa que reside en la ciudad y tiene un hermoso apartamento en un piso 16. Su balcón con vista al Volcán de Agua, al de fuego y no me acuerdo el nombre del otro que abrazan la ciudad hace ver la vida más hermosa. Desde allí es increíble la vista al amanecer.
Estuvimos allí, un grupo de amigos, entre ellos, la actriz Brenda Lara (Toque de Queda), el productor Joaquín Ruano (Distancia), el sonidista Denis Godoy, Violeta Mora, el actor Pepe Orozco (Hasta el Sol tiene Manchas), entre otros amigos. Salí de allí totalmente resacado y hecho mierda sobre las 7 a.m. rumbo al Hotel Princess, donde me alojaba y desde donde tenía que ir al aeropuerto. Me acompañaron Brenda y Denis. Me hubiera encantado quedarme.




Llegué a la Habana por la tarde y las maletas están perdidas. Imagino aparecerán.


¡GÍBAROS! EN EL 34 FESTIVAL DEL NCL DE LA HABANA

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Como parte de la muestra de cine fantástico y de terror latinoamericano que incluía títulos como las argentinas Sudor Frío y Penumbra, la mexicana Somos lo que hay, la colombiana El Páramo, la costarricene Donde duuerme el Horror, la brasileña Mangle Negro entre otras se exhibió la experiencia audiovisual de Ramiro García Bogliano y Molina ¡GÍBAROS!.
La noche del lunes 10 de diciembre (se proyectó también el miércoles 5 y se proyectará de nuevo el jueves 13 de diciembre) en la sala 2 del multicine Infanta acompañado de Martín Frías quien ha hecho los efectos especiales de varias películas de Paura Flics (The Boglianos Bros), presentamos el cortito en su versión del productor, la versión cubana, la mía que no difiere mucho de la versión de Ramiro, la versión argentina(de la cual Martín es el editor) porque hemos estado en total comunicación sobre la postproducción del corto desde que fue rodado.
En una sala con bastante público, evidentemente fan del género, Martín y yo, hablamos del corto, de la manera en que fue hecho y de sus realizadores, de la amistad que nos une y de lo divetido que fue trabajar juntos. Al público le gustó mucho y lo demostró con rotundos aplausos. También presentamos el largo que seguía, la maravillosa La Noche del Chupacabras del brasileño Rodrigo Aragao.

¡GÍBAROS! es un cortometraje que formará parte del largo Gibaras, rodado en abril de este año, durante el último festival de Cine Pobre por varios realizadores. El caso de ¡Gíbaros! es un corto de cine instantáneo, al más puro estilo de creación surrealiasta, automatismo psíquico puro ideado, producido y realizado por Ramiro García Bogliano y Molina, ambos graduados de la EICTV de San Antonio de los Baños.

¡GÍBAROS!

Sinopsis
¿Qué sucede cuando el amor se transforma en una suerte de adicción en donde los involucrados se hunden en una espiral sin retorno?Rutger un trabajador del astillero y Saskia, una ama de casa, son una extraña pareja que se ama con pasión. Cuando Saskia siente amenazada su estabilidad emocional es capaz de cualquier cosa y le exige a Rutger de  manera enfermiza demostraciones  cada vez más difíciles de la pureza de su amor. 

¡Gíbaros! (versión cubana)
Una Experiencias Audiovisual de Ramiro García Bogliano & Molina.

Cast: Mónica del Carmen, Rebeca Proenza, Jorge Molina y la gentíl colaboración de Renecito de la Cruz
Dirección de Fotografía: Yamil Santana 
Dirección de Arte y Maquillaje:  Marcel y Ramón
FX: Rolando Valdés
Edición: Emmanuel Peña
Sonido: Irina Carballosa
Mezcla: Francisco Adrianzén, Rubén Valdés
Productor de Rodaje: Angelo del Castillo
Productores Ejecutivos: Jorge Molina, Ramiro García Bogliano
Productor: Jorge Molina
Guión: Ramiro García Bogliano
Consultor Creativo: Molina
Director: Ramiro García Bogliano

SELLO CONMEMORATIVO VALDÉS RODRÍGUEZ A MOLINATOR

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Hoy 17 de diciembre a las 3:00 p.m. en el edificio Varona de la Universidad de la Habana, en el salón 250 recibe Jorge Molina el sello conmemorativo José Manuel Valdés Rodríguez que otorga el Rector de la Universidad de la Habana a personalidades que se han destacado en la enseñanza y promoción del cine y la cultura nacional. Los condecorados este año son: Mirtha Ibarra, Deisy Granados, Eslinda Núñez, actrices, Rufo Caballero (post mortem), crítico y ensayista, Pedro Noa, profesor, crítico y ensayista, Juan Antonio García Borrero, crítico y ensayista, Jorge Molina, realizador y actor, y La Revista Cine Cubano por sus cincuenta años de labor.

En el salón estaban Julio García Espinosa, Dolores Calviño, Norge Marrero, Armando del Rosario, Mayra Pastrana (compañera de Rufo), Pablo Pacheco, entre otros.
José Manual Valdés Rodríguez y Villada fue el pionero de la nueva forma de analizar el cine en todas sus manifestaciones y preclaro iniciador de la cultura cinematográfica en la Universidad de la Habana y en la Educación Superior se ha continuado con su legado referido a la enseñanza y promoción del séptimo arte entre los estudiantes y profesionales del país.

A nombre de nosotros, la protagonista de varios filmes antológicos cubanos, Mirtha Ibarra, destacó la labor encomiable en el ejercicio de la crítica cinematográfica y la mestría pedagógica de Valdés Rodríguez, quien supo formar una generación de cineastas que han contribuido de manera definitoria a la creación de un cine nacional, y concluyó sus palabras agradeciendo el recibir tan alta distinción.

No creo merecer este reconocimiento ni estar a la altura de los otros pero lo acepto con total humildad y agradecimiento.







MUTILAN PROGRAMA DE CINE CUBANO EN LA TELEVISIÓN CUBANA INFORMACIÓN SOBRE PROGRAMA TELEVISIVO DE CIERTA MANERA

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Por este medio informo a los televidentes que cada vez en número mayor optan por nuestro programa dominical De cierta manera, que en fecha inminente, además de cambiar de horario, prescindirá de la tanda fílmica que lo complementa. Esta medida forma parte de la estrategia de reordenamiento de la programación televisiva emprendida por la dirección del Instituto Cubano de Radio y Televisión, según me informaron en breve reunión sostenida en la mañana de ayer, 9 de enero, con la directora del Canal Educativo 2 (que adquirirá un perfil totalmente informativo sostenido por las transmisiones en vivo de Telesur).

A partir de esa fecha el único espacio de nuestra televisión especializado en el cine cubano —próximo a cumplir cinco años en el aire— reducirá su duración solo a los 27 minutos de la primera parte. A diferencia de otros espacios como «Letra fílmica» y «Pantalla documental», de acuerdo a la información recibida, ni a la actual División de Cinematografía del ICRT ni a otro canal le ha interesado hasta ahora asumir en su programación junto con al tanda fílmica de cine cubano correspondiente a De cierta manera(Premio al mejor programa de cine en el II Festival Nacional de Televisión, 2006 y galardonado con el Premio Caracol al mejor guión 2012).

Los espectadores de las nuevas generaciones que través de él han tenido acceso a no poco del cine cubano de todos los tiempos —y de todas las productoras (no solamente el ICAIC)—, y los de generaciones anteriores que redescubren con una nueva perspectiva obras de ficción, documentales o de animación, tendrán que esperar a que eventualmente sean programadas por la televisión (en fechas patrias), sin el espacio natural que ha devenido De cierta manera y sin el criterio selectivo y rigor que hasta el presente lo caracteriza de acuerdo a los temas abordados. Nos enorgullecemos cada vez que un cineasta nos manifiesta su satisfacción por haber sido incluida una obra suya en nuestro programa. También es raro el día en que alguien no se nos acerque para manifestarnos que ha logrado convencer a su familia para dedicarle la noche dominical al espacio de cine cubano (transmitido en horario competitivo con los populares programas policiacos del Canal 6).

La adopción de esta medida que, evidentemente, no ha tenido el cuenta al público al que está destinada la programación, ocurre a menos de un mes de la rendición de cuenta por la dirección del ICRT ante los diputados a la Séptima Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, en la cual, según publicó el periódico Juventud Rebelde el 12 de diciembre, fue citado el programa De cierta manera entre los que «han propiciado la inclusión de materiales de la más reciente producción de las jóvenes generaciones de cineastas». Por otra parte, la decisión contradice además, los objetivos del Programa de Fomento de la Cultura Audiovisual de reciente promulgación por la dirección del país.

Aclaro que en lo personal excluir la programación fílmica implica mucho menos trabajo en la elaboración del guión del programa que, incuestionablemente, es el más complejo de su tipo en nuestra televisión, pero considero que el público no puede ser privado abruptamente de su derecho al acceso semanal al cine cubano.

En circunstancias como estas evocamos la certera definición de Lenin: «Un paso adelante, dos pasos atrás», solo que en este caso considero que el retroceso es inconmensurable.

Agradeciendo vuestra atención, fraternalmente,


Msc. Luciano Castillo Rodríguez

Creador, conductor y guionista Programa De cierta manera

MÁS SOBRE MUTILACIÓN DE ESPACIO EN LA TV CUBANA

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Cartas de Gustavo Arcos y Paquita de Armas 

Paquita,
No es la primera vez que la televisión cubana anuncia un cambio de programación. Sus directivos aparecen en pantalla u ofrecen conferencias de prensa “informando al pueblo”, las reformas. Estas despiertan expectativas, que luego se convertirán en frustraciones. Es la Historia del nunca acabar. Son decisiones que los que de una u otra forma hemos estado cerca de ellas, sabemos, se han tomado a espaldas de los creadores, artistas o técnicos que cada día, la hacen posible. No puede ser de otra forma pues ese es el método diseñado desde instancias superiores y que ha sido cumplido “cum laude” por los ejecutivos. Alguien ordena y los demás ejecutan. Incluso hemos escuchado decir a no pocos de esos directivos de la tv que, son allí, fieles soldados. ¿ Puede ser de otra manera cuando este organismo está ubicado jurídicamente como perteneciente a la Administración Central del Estado?.

Hace unos meses, cuando se preparaban los cambios del pasado verano, conocimos que la principal preocupación que tenía la televisión era, complacer al Partido, luego a las instituciones y organizaciones de masas, finalmente a los espectadores (¡!). Sin embargo cuando vemos los documentos sobre la política cultural, emitidos por el propio Partido y citados en tu artículo, o escuchamos las palabras de los máximos dirigentes del país, vemos que una cosa son las palabras y otra bien distinta los hechos. Esa ha sido desgraciadamente una práctica común en ésta isla. El discurso o las ideas van por una lado y la vida por otro. Tú, yo y nuestros colegas del ejecutivo de la UNEAC en su sección de cine, radio y televisión sabemos de estas experiencias. Conocemos de la falta de diálogo y de esa pertinaz sordera con qué, ya sea en el Dpto Ideológico del CC o en la dirección de la tv, se sigue a los reclamos que sobre los medios se hacen en todo tipo de eventos, congresos y conferencias.

Como bien dices, el problema no está en resituar o reformar, siempre que sea para mejor. La cuestión es, que el criterio de cambio o mejoría es interpretado de una manera muy particular por estos “decisores”. Lo que ahora sucede con el espacio De cierta manera, ha venido ocurriendo una y otra vez con otros relevantes programas sean estos, dramatizados, infantiles, humorísticos, deportivos o informativos. Y por una extraña razón, casi siempre los espacios que más sufren con estas oleadas de reestructuración son los que transmiten mayores valores culturales, que son eliminados de un tajo o desplazados a horarios poco atractivos.
Recordemos que no hace mucho, extraños rumores acompañaron al espacio Cine de Nuestra América, que conducido por Frank Padrón parecía levantarse de la programación. Otro espacio, ISA Tv, creado para exhibir la amplia producción generada en el ámbito de la Facultad de Medios Audiovisuales del ISA fue sacado del aire. En él, nunca encontraron cabida, al ser censurados, los mejores trabajos realizados por los jóvenes de esa facultad a pesar de que los directivos de la tv dicen apoyar el mejor cine cubano. Años atrás, Historia del Cine o 24x segundo, dos programas de alto impacto, que tanto hicieron por crear una cultura cinematográfica en el país, sufrieron también los criterios de estos “benefactores” y con similar voluntad reestructuradora conocimos recientemente que la Tv Serrana, ese extraordinario proyecto comunitario próximo a cumplir 20 años, iba a ser reconfigurada.
En una desafortunada intervención del máximo dirigente del ICRT, en la recién culminada Asamblea Nacional, hablaba (¿ o más bien gritaba?) de cómo existían espacios en la tv, promotores de la cultura y la identidad. Defender la verdadera cultura de la isla y sus valores era, según su criterio, una tarea estratégica a la cual no se podía renunciar. ¡ Y estamos de acuerdo con ello!. Pero viendo lo que sucede cada día en nuestros medios masivos, lo que en ellos se legitima como válido o lo que publica en primer orden nuestra prensa, no queda otra conclusión que suponer, han sido secuestrados definitiva y lamentablemente por la mediocridad, la insensatez y la irresponsabilidad política.
Las palabras, las promesas, los acuerdos tienen que ir acompañados de acciones efectivas. El criterio de los que conocen la televisión tiene que ser escuchado y en gran medida puesto en práctica. El diseño de un espacio, un canal o toda una programación, no puede hacerse de manera festinada o unilateral, mucho menos a espaldas de los creadores y artistas. Mutilar, censurar, ocultar o manipular no puede ser el camino. Ayer le tocó el turno a unos. Hoy, a De cierta manera. ¿A quién será mañana?
Si con frecuencia, se nos dice que en otras sociedades los medios están controlados por grandes consorcios o individuos “inescrupulosos” que solo buscan enajenar o embrutecer a los espectadores ¿en manos de quienes están los nuestros?.
Un saludo para ti,

Gustavo Arcos.


DE NUEVO SOBRE EL PORVENIR TELEVISIVO, NO DE SANTA MARÍA
Por Paquita Armas Fonseca

Desde hace un tiempo en la televisión cubana se trabaja por lograr una nueva programación y retomar los canales con perfiles propios. Dicho así parece una buena idea pero lo que está sucediendo –sin tomar en cuenta el criterio de los creadores- creo que llevará a la debacle de la pequeña pantalla.
En mi anterior artículo No sólo el porvenir de…Santa María, publicado en las revista El caimán barbudo y reproducido en otros medios digitales, como Cubadebate, luego de expresar mi opinión sobre la telenovela actual advertí sobre el porvenir de la televisión.
Entonces dije “Si hace un tiempo a todos se nos fue la mano en alabar algunos temas que llegaron a molestar a una parte de los televidentes, hoy sería un error caer en la ilusión de que haciendo programas light se quedaría bien con todas y todos. Recordemos como con La cara oculta de la luna se logró que en todo el país aumentaran las pruebas del SIDA, lo que no habían conseguido otros espacios muy buenos pero que no tienen la fuerza de las propuestas de ficción.
Llenar la pantalla a toda costa con conciertos, series u otros programas que funcionen como nitrazepam nunca puede ser una solución, porque, ¿de dónde salen los dineros que se invierten en propuestas fallidas según el propio Centro de Investigaciones del ICRT? Esa plata, que no es poca, la aporta el estado que es decir todos nosotros(as), que a este paso cada día vemos más DVDs y menos televisión cubana.”
Revisando los artículos de la Conferencia del Partido, algo que realizo con frecuencia, hoy quiero compartir con lectoras y lectores el contenido del número 65 que pide abordar nuestro hoy: “Reflejar a través de los medios audiovisuales, la prensa escrita y digital, la realidad cubana en toda su diversidad en cuanto a la situación económica, laboral y social, género, color de la piel, creencias religiosas, orientación sexual y origen territorial” y también deseo volver sobre el artículo 58 “Trabajar de conjunto con las instituciones culturales, los medios de comunicación masiva, directores de programas y espectáculos, artistas e intelectuales, para evitar manifestaciones que atenten contra la dignidad de las personas o hieran la sensibilidad de nuestra población y, teniendo en cuenta sus gustos, influir en ellos, para promover a escala masiva la capacidad de apreciación artística y literaria, así como desarrollar valores éticos y estéticos.”
Si no leo mal se pide “teniendo en cuenta sus gustos, influir en ellos” y más adelante se concluye “promover a escala masiva la capacidad de apreciación artística y literaria, así como desarrollar valores éticos y estéticos.”
Me pregunto si existen programas con esa características ¿por qué hay que mutilarlos o cambiarlos de canal?. Empiezo por una propuesta premiada en el Festival de televisión y en el Caracol de la UNEAC: De cierta manera, una revista cinematográfica concebida y hecha por el MSC. Luciano Castillo Rodríguez, uno de los críticos con más prestigio en Cuba y otros países, que tiene el aval de varios libros publicados y ser llamado a impartir clases o conferencias en diferentes latitudes.
Este hombre al que no le sobra el tiempo, ha mantenido por cinco años el único espacio donde se han difundido películas cubanas que no se habían visto por televisión y que fueron un descubrimiento para una buena parte de los televidentes. Ahora se pretende dejar en el aire la primera parte y no divulgar el filme ¿Por qué si nunca hay malas palabras, sexo y violencia?
En una carta enviada digitalmente Luciano dice: “La adopción de esta medida que, evidentemente, no ha tenido el cuenta al público al que está destinada la programación, ocurre a menos de un mes de la rendición de cuenta por la dirección del ICRT ante los diputados a la Séptima Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, en la cual, según publicó el periódico Juventud Rebelde el 12 de diciembre, fue citado el programa De cierta manera entre los que «han propiciado la inclusión de materiales de la más reciente producción de las jóvenes generaciones de cineastas». Por otra parte, la decisión contradice además, los objetivos del Programa de Fomento de la Cultura Audiovisual de reciente promulgación por la dirección del país.”
Juan Antonio García Borrero, otro critico de primer orden, publicó en su web Cine cubano, la pupila insomne “No salgo todavía del desconcierto con esta nota que recién recibo en mi buzón: desaparece la tanda fílmica del programa De cierta manera, quedando apenas los 27 minutos que anteceden a la presentación del filme.
Ignoro los argumentos que puedan tener los directivos del ICRT para tomar esa decisión. Supongo que en algún momento trascenderá la versión oficial. Pero por lo pronto anticipo mi criterio: para mí uno de los grandes méritos del programa de Luciano Castillo está en la posibilidad que brinda de acceder a obras que, con anterioridad, muchas veces apenas teníamos las referencias de los libros.
Pocos países cuentan con ventanas como estas, abiertas a sus cinematografías nacionales. El programa, además de contar con las informaciones semanales de un investigador de lujo como es Luciano Castillo, nos ha permitido actualizarnos con el devenir audiovisual de la nación. Y le ha concedido espacio a ese grupo de realizadores que deben competir abiertamente con esa otra producción adocenada que ya tiene la garantía del público, gracias a hábitos de consumo consolidados por las grandes transnacionales de la imagen.
Pienso que aún cuando se mantenga la presencia de Luciano Castillo en la pantalla, hablando de cine cubano, suprimir la proyección de la película es definitivamente mutilar el alcance cultural del descomunal esfuerzo que viene desempeñando ese equipo de trabajo.”
Con Juan Antonio espero una solución, pero existe otro caso increíble: el programa Sitio del arte que por su calidad indiscutible ha merecido tres premios y el premio especial de los espacios informativos en el último festival de la televisión y acumula numerosos Caracoles otorgados en la UNEAC, quiere ser trasladado para el Canal Educativo.
Dirigido y peleado por Julia Mirabal Sitio… cumpliría diez años en julio próximo. En ese tiempo ha estado en Telerebelde y en distintos días y horarios de Cubavisión.
Razones deben tener quienes proponen estos cambios, pero si en la televisión se guían realmente por los objetivos de la Conferencia del Partido Sitio del Arte cumple a cabalidad los artículos 57 (Promover la crítica artística y literaria, franca y abierta, con énfasis en las insuficiencias y virtudes de la obra cultural, de manera que contribuya a alcanzar la calidad que se aspira, preservar nuestra identidad y el respeto a las tradiciones) y 67 ( Estimular que los medios de comunicación masiva sean una plataforma eficaz de expresión para la cultura y el debate, ofrezcan caminos al conocimiento, al análisis y al ejercicio permanente de la opinión;
desarrollen un periodismo objetivo y de investigación, que
permita desterrar la autocensura, la mediocridad, el lenguaje burocrático y edulcorado, el facilismo, la retórica, el triunfalismo y la banalidad).
No quiero pensar que para satisfacer supuestos intereses del público se piense en Cubavisión como una suerte de canal de entretenimiento familiar. Si es así entonces vale la pena colgar los guantes porque de los famosos conciertos, anunciados con bombo y platillo, y trasmitidos por ese canal, sólo el de Fito Paez ofrece una imagen en la que no reine la banalidad y el gusto frívolo, que sí es válido, pero no en dosis tan seguidas y por el canal que mejor se ve en horarios estelares.
Si realmente se tuviera en cuenta el artículo 58 de la Conferencia del Partido(ya citado en este texto) los programas Sitio del Arte y De cierta manera ocuparían horarios en Cubavisión, serían muy bien promocionados y se buscaría que tuvieran las mejores condiciones de realización, porque a fuerza de gestiones personales y dejar la piel cada semana en una propuesta, esos colectivos han logrado espacios que contribuyen al fomento de la cultura en general y la audiovisual en particular, por el mensaje que transmiten y por el empaque en el que se presentan.

CASTING

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En estos días estoy ensayando CASTING el nuevo proyecto alternativo del guionista y realizador Eduardo del LLano que protagonizan: Mario Guerra, Luís Alberto García, Tomás Cao, Carlos Gonzalvo, Hector Medina, Dayana Legrá y un servidor, Molinator.

Un grupo de actores se presentan a un casting para una coproducción cubano - alemana. El director los interroga, los hace opinar sobre el proyecto, pasan alguna escena. Durante el proceso se crea una competencia por lograr el papel, entonces comienzan a aflorar las pasiones humanas y somos testigos de diferentes actitudes...

Es un placer para mí, trabajar con estos maravillosos actores. Aquí un par de stills.



SALVADO DE CIERTA MANERA NOTA INFORMATIVA SOBRE EL PROGRAMA DE TV DE CIERTA MANERA

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Aprovecho la eficacia de este medio para ofrecer esta información definitiva a todos los televidentes —y muy en especial a todos aquellos que desde que difundí la información relativa al entonces incierto destino de nuestro programa televisivo De cierta manera— manifestaron indignados su preocupación por la amenaza de supresión de la imprescindible tanda fílmica que lo acompaña del cine cubano de todos los tiempos.

Previo al programa especial transmitido en la noche de ayer jueves 17 de enero sobre los cambios que se operarán en la televisión nacional a partir del domingo 20, sostuve una reunión muy fructífera con Danylo Sirio, Presidente del ICRT, quien me manifestó lo que luego fue expresado en ese espacio: a partir de la semana próxima, De cierta manera se transfiere para el Canal Educativo los martes a las 10:00 p.m. con la tanda fílmica íntegra como ha sido concebido el único programa consagrado al cine cubano en la televisión nacional y que arribará muy pronto a sus cinco años en el aire.

Reitero la gratitud a nombre de nuestro equipo de realización y en el mío propio por los centenares de mensajes electrónicos y las muestras de apoyo recibidas desde varias partes del mundo de televidentes, periodistas, cineastas, críticos, escritores, amigos… muchas de ellas reunidas en el cada vez más ineludible blog «La pupila insomne» de nuestro colega y coterráneo Juan Antonio García Borrero, así como de organizaciones como la UNEAC y la Asociación Cubana de la Prensa Cinematográfica y, por supuesto, desde el principio, de la dirección del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), decididos a defender que no se retrocediera en la conquista alcanzada de que el público cubano tenga acceso semanalmente a su propio cine que forma parte de nuestro patrimonio cultural y es el resultado de la primera ley que en ese ámbito fuera promulgada en 1959.

Confiamos en que también sea revalorizada la decisión de transferir para otro canal un espacio de vital importancia para la difusión de nuestro acervo como Sitio del arte, que a golpe del reconocido talento, profesionalismo y perseverancia de su realizadora, Julia Mirabal, amerita ser transmitido por el Canal 6 por la calidad de su transmisión y alcance.

Agradeciendo, una vez más, su atención y que contribuyan a difundir esta tan buena noticia, deseándoles un buen fin de semana, reciban el saludo fraternal de,

Msc. Luciano Castillo Rodríguez

Creador, conductor y guionista del programa De cierta manera

DE LA PORNOMISERIA AL CINE INSTANTÁNEO

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2013/01/28 por Justo Planas


Los filmes de Jorge Molina generan siempre polémica, y no solo por las escenas de sangre y sexo, que parecen obsesionarlo como autor, sino también por razones formales. Donde algunos ven despropósitos, otros encuentran iluminadoras razones; donde cierta crítica exclama “cine chatarra”, varios aplauden una actualización del cine imperfecto que defendía Julio García Espinosa. En cualquiera de los casos, uno está seguro de que tiene frente a un cinéfilo como pocos, por el nivel de referencias que existen en sus obras.

Molina, como persona, resulta tan polémico como su cine. Cuenta que después de presentar una de sus películas, se le acercó una joven y lo llenó de insultos; una señora mayor lo felicitó ese mismo día largamente. Sin embargo, lejos de lo que muchos suelen creer, Molina no es un calco de sus personajes. Aunque sabe llamar las cosas por su nombre y no hay quien mantenga su desacuerdo en silencio; Molina es, a ratos, muy tímido, y, a ratos, tan sensible como un niño. Su gran debilidad es el cine B norteamericano de las décadas doradas, no hay semana en que no mencione nombres como, Jack Arnold, Kurt Newman, Edgard G. Ulmer, Rouben Mamoulian… y el rock de los 80.

Conversamos sobre Gíbaros, último filme donde está su impronta; y de ahí las palabras, como sucede siempre que no se habla con miedo, alcanzaron otros rumbos.

¿Cómo filmaron Gíbaros, cómo se les ocurre la idea?

Fue durante el último Festival de Cine Pobre de Gibara. Viajé para encontrarme con un amigo, Ramiro García Bogliano con el que he hecho algunos guiones. Él, Iba de jurado y yo competía por guión inédito, al final el guión no cogió nada como siempre, pero seguí allí. Lester Hamlet, el director del Festival, me dijo: “Molina, ¿por qué tú no filmas algo?” También Ramiro quería filmar pero como era jurado apenas tenía tiempo para nada. A mí me tomó de sorpresa, pero le dije: “Perfecto, si me consiguen una cámara, yo filmo”. Y ahí nos pusimos a conversar una noche de borrachera Ramiro y yo, él tenía una idea y unos apuntes que había traído consigo, yo tenía otras y nada, cogimos una servilleta y apuntamos un par de cosas, aunamos ideas, discutimos otras entre risas y tragos. Había una actriz mexicana, muy buena, que se llama Mónica del Carmen, la protagonista de “Año Bisiesto”, y le dije a Ramiro, hablemos con ella.

La llamamos y le dije: “Mónica, ¿quieres hacer de mi mujer en la película?”. Estaba una muchacha preciosa que se llama Rebeca, una actriz, de la zona, de Holguín y le dijimos: “¿Quieres ser la víctima?” ¡Vamos a abusar un poquito de ti! Ah y por supuesto, el actor, yo. Y así se fue armando la cosa. Yo me encargué de toda la producción, organizar la locura y hacer los contactos con la gente. Al otro día por la mañana salimos con una cámara, tres cuatro personas, llegamos a una casa, tocamos, invadimos el lugar, casi los despertamos. ¡A filmar ahí carajo! Los vecinos de Gibara son muy colaboradores y en un día se rodó todo. Quedó un corto que se llama ¡Gíbaros!, con G de Gibara y con mensaje salvaje, sobre lo peligroso que puede ser el amar con demasía. Funciona como una de estas cosas que yo llamo —que no es mío el término pero me encanta—cine instantáneo: es automatismo psíquico puro: se me ocurre algo y lo hago al momento. Tengo varias experiencias en ese sentido. Creamos un cortico tan potente que ahora la gente del Festival de Gibara quiere incluirlo en ese largo que se va a llamarGibaras, porque son historias sobre ese pueblo. Aclaro que el corto que se vio en el 34 Festival del Nuevo Cine Latinoamericano, es la versión cubana, llamémosle la del productor, que igual no difiere mucho de la versión de Ramiro, la del director, porque hemos estado en constante comunicación durante la postproducción y no hay ninguna diferencia creativa ni nada de eso. Fue sencillamente que yo pude postproducir el corto acá un poco más rápido, supervisar la edición y la mezcla de sonido y sacar el corto porque si no es así, pasa el tiempo, se enfría todo y la gente se olvida.

Es un corto donde la sangre, la violencia y el sexo hacen presencia. Explícame por qué estos dos elementos, sangre y sexo, te llaman la atención como autor.

A mí la sangre me divierte. Es muy cinematográfica. No sé si de momento veo que matan a alguien delante de mí y será divertido, pero en las películas, me hace mucha gracia; se ve bonita, los chorros de sangre se ven lindos y por eso me gusta ponerlos. No tiene ningún componente filosófico, hay gente igual que le ve cosas, es su problema.

Por supuesto que soy un tipo sexual como me imagino que son todos los seres humanos. Yo siempre digo que si tú no tienes buen sexo tu vida marcha jodida. Siempre trato de que no me pase eso para poder hacer estas cosas y divertirme mucho.

Sexo y muerte van ligadas, de hecho, se dice que para llegar al clima sexual supremo, es necesario casi morir por asfixia. Entonces busco con mis trabajos ese tipo de filosofía, la relación intrínseca entre eros y thanatos. Creo que es potente, es poderosa y a la gente como que los perturba, no los deja indiferente, creo que eso es algo bueno.

La mayoría de tus protagonistas, al menos los que conozco, son masculinos, la mujer tiende a verse como…

Quizás son misóginos, un poco.

Eso lo dijiste tú… ¿Por qué se muestra la mujer como un elemento de peligro? ¿Por qué también se ve aquí como una amenaza, que saca al hombre de su equilibrio cotidiano?
Ojo, pueden parecer misóginos. Pero en mi vida personal yo soy un tipo que ama a las mujeres con desmesura. Quizás si lo ponemos a nivel freudiano… una amiga mía, una persona brillante que es especialista en cine de terror asocia eso a una experiencia que yo le conté que me sucedió cuando era púber, adolescente. Yo tenía una novia, mi primera novia. Yo estaba becado en una escuela al campo, de esas que se pusieron de moda en los años 70. Ella estudiaba allí, en mi curso, pero nunca le había dado un beso, era amor casi platónico. Entonces estaba yo trabajando en un naranjal y de momento sentí como una presencia detrás de mí, alguien que me miraba y me acechaba, cuando miré era ella, pero lo que vi fue como una especie de súcubo, algo monstruoso que venía hacia mí, y cuando se me acercó le metí un estrallón. ¡Y la pobre lo que venía era a darme un beso…! A partir de ahí creo que siempre he visto a las mujeres como amenaza. De hecho, a mí me costaba mucho trabajo comunicarme con una mujer, decirle algo, era muy tímido en ese sentido, quizás era por eso, porque temía ser rechazado y perturbar mi buen o mal estado vital de ese momento.

Pero al final yo siempre digo, no juzguemos el libro por la cubierta. Hay que conocer un poco al Molina persona, que quizás tiene muy poco que ver con las historias que cuenta. Me encanta el sexo, claro, soy una persona bastante normal. Soy padre de familia, tengo una relación estable hace más de 17 años. Soy un tipo normal al que le gusta el cine de géneros, que le gusta hacer historias sobre el lado oscuro del ser humano. En el cine latinoamericano se ha olvidado un poco eso, se han dedicado a exportar la pornomiseria esa que tanto erotiza a Europa, para ganar fondos, ir a alfombras rojas y ganar festivales. Yo me niego a seguirles el juego a los colonizadores. Han pasado casi 600 años ya y seguimos todavía fascinados con los espejitos. Yo trabajo sobre el ser humano, sobre ese Dr. Jekyll y Mr. Hyde que todos tenemos dentro pero que no todo el mundo muestra.

Entrevista realizada por el periodista Justo Planas durante el último festival de Cine Latinoamericano de la Habana a propósito del estreno de la experiencia audiovisual de Ramíro García Bogliano y Jorge Molina ¡GÍBAROS!
Publicada en http://www.oncubamagazine.com/content/de-la-pornomiseria-al-cine-instant%C3%A1neo 



RODANDO CASTING

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Entre el 25 y el 27 de enero, en una oficina del 6to piso del edificio que ocupa el ICAIC, estuve en el rodaje de Casting, de Eduardo Del Llano, una historia donde seis actores aspiran a un papel protagónico en una coproducción cubano-alemana.

Según su director, la historia es una metáfora de la lucha por el triunfo; una mirada irónica al mundo del arte donde pretende mostrar todas las actitudes posibles que se establecen en una situación de competencia.
“Desde el punto de vista de la realización utilizamos cámara fija; estética minimalista, cercana al dogma; iluminación natural, como si fuera un proceso de casting real. No hay grandes escenarios, sino ambientes cerrados. Este corto es una oportunidad para que los actores brillen.” Del Llano says.
Sí, creo que sí. Algunos de sus actores se han lucido y cuanto menos, lo han hecho muy bien. Molina says.
El corto tendrá una duración aproximada de 25 minutos y contó con un equipo compuesto por Del Llano en el guion y dirección, Jorge Luis Rodríguez (Tomixito) en la dirección de fotografía, Ricardo Figueredo en la producción, Pedro Pulido en el sonido y José Lemuel en la edición. Está protagonizado por los actores Mario Guerra, Luis Alberto García, Carlos Gonzalvo, Héctor Medina, Tomás Cao, Dayana Legrá y Jorge Molina (Molinator)

Eduardo del Llano, quien estrenó su ópera prima —Vinci— el pasado año, posee una extensa obra como guionista de las películasAlicia en el pueblo de Maravillas (1991), Kleines Tropikana (1997), La vida es silbar (1998), Hacerse el sueco (2000), Perfecto amor equivocado (2004), Madrigal (2006), Lisanka (2009) y La película de Ana (2012). También es el realizador de una serie de cortometrajes alternativos conocida como el decálogo sobre Nicanor O’Donell, entre ellos, Monte Rouge, High Tech, Photoshop, Brainstorm,Intermezzo, Pravda, Aché, Homo Sapiens y Exit. 

Aquí algunas stills del rodaje:









POR PRIMERA VEZ: DESMAYARSE EN LA HABANA

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Por Jorge Dalton*
En uno de los portales en la calle Prado No 564, en La Habana, funcionó durante mucho tiempo el Cine Capitolio, una sala perteneciente a los llamados "Cines de barrio". Era pequeña, estrecha y con los asientos de palo. A mediados de la década de los 80, los cines en Cuba comenzaron a morir de manera acelerada y uno de los primeros en sucumbir fue el Cine Capitolio.

La única vez que entré, fue en los 70 y exhibían una película polaca de guerra que jamás he olvidado: se titulaba Los Vecinos,era en blanco y negro y “apta para mayores de doce años”, como lo anunciaba un cartelito color beige y de madera de plywood en las taquillas de los cines. Para ese entonces, yo tenía once y ya andaba solo caminando por toda La Habana, siempre y cuando llegara a casa, antes de la siete de la noche. En La Habana, fui un gran caminador, tal vez más que Johnny Walker.

En ese tiempo, yo me las ingeniaba para colarme en las películas de doce, mediante un carnet escolar falso que argumentaba que tener más edad y para colmo, era estudiante de Polo Acuático de la ESPA, algo casi imposible de creer porque yo era muy chiquitico y revijío.

Eran momentos de descubriendo del sexo y sobre todo en Cuba, donde muchas cosas son muy aceleradas. Era muy común entre los muchachitos comentar: ¡“Oye, están echando tremenda película donde sale una mujer encuera!”, “¿Viste tal película? y salen mujeres en cueras”? ¡Ah no!, si no salen jevas encuera, no sirve!
La cosa es que yo caminé bastante para llegar al Cine Capitolio, para saciar mi curiosidad, bajo un fuerte estrés de que no me dejaran entrar, pero gracias al bendito carnet pude hacerlo, teniendo en cuenta que, la mayoría de las veces, no tenía el menor éxito.

Confieso que no recuerdo nada de la película, únicamente de los detalles de la escena prohibida y fue la primera vez en mi vida, que vi un desnudo a toda pantalla. Una joven muy bella frente a su amado, se quitaba la blusa lentamente y de pronto, ¡Pun! salían unos pechos espectaculares. Fue tanta la impresión que me causó, que me desmayé adentro del cine.

Varias personas me cargaron e incluso trataron de llamar a una ambulancia. Cuando vine en sí, dos viejos cascarrabias de la administración del cine me reclamaron fuertemente: ¿Qué coño haces aquí, muchacho, quién te dejó entrar? ¡Arranca pá tu casa, que esta película no es para niños! Y salí corriendo como Juan que se mata.

Nota del autor: Cuando niño y entrada la adolescencia yo padecí de un raro síndrome en que me desmayaba con frecuencia. La otra ocasión en que me desmaye adentro de un cine, fue en un viaje a México, cuando vi una película que se llamaba Emanuelle 2.

*Cineasta cubano salvadoreño, hijo del gran poeta salvadoreño Roque Dalton (1935-1975). Creció entre Praga y La Habana, y se afincó finalmente en San Salvador

Publicado el Domingo, 03 Febrero 2013 01:44 en CAFE FUERTE www.cafefuerte.com


Cine Capitolio

PREMIO GOYA PARA JUAN DE LOS MUERTOS

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El filme , estrenado en La Habana en diciembre de 2011 durante el Festival del Nuevo Cine Latinoamericano, ha tenido un sólido recorrido por múltiples eventos del séptimo arte, y ha recibido distinciones como el Fanomenon Audience Award, en Inglaterra, el cuervo de plata en el BIFFF de Bruselas, el premio de la popularidad y mejor actor (Alexis Díaz de Villegas ) en FANTASPORTO, entre otros importantes festivales del mundo; cerrando ahora con el Goya de la Academia del Cine de España a la mejor película iberoamericana, dejando en el camino a películas tan loables como la chilena NO de Pablo Larraín, la argentina Infancia Clandestinade Benjamín Avila, la paraguaya 7 cajas de Juan Carlos Maneglia y Ana Schembori y la mexicana Después de Lucía de Michel Franco.

La película recrea la llegada del fin del mundo en La Habana, generado por una epidemia de zombis, a los que se enfrentan Juan, el protagonista, y su grupo de amigos, una pandilla muy bizarra.

Protagonizada por Alexis Díaz de Villegas, Jorge Molina, Jazz Villá, Andrea Duro, Antonio Dechent, Andros Perogurría y Eliecer Ramírez, Juan de los muertos es atípica dentro de la producción cinematográfica cubana, ha recibido críticas desde muy negativas hasta francamente alentadoras; sin embargo, el público la acogió masivamente y, de hecho, recibió el Premio de la popularidad que otorga el Festival del Nuevo Cine Latinoamericano.

Juan de los muertos es la segunda película de Alejandro Brugués, cuya opera prima fue Personal Belongings; es además una coproducción entre la productora independiente Quinta Avenida y la española La Zanfoña Producciones.

Se trata del cuarto Goya que gana un filme cubano, aunque esta vez, no fue producido por el ICAIC, sino por una productora independiente. 





ESTRENO DE CASTING DE EDUARDO DEL LLANO

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El pasado viernes 22 de marzo en la casa del Alba Cultural ubicada en la calle Línea, en el Vedado, en el contexto de la peña Llano + (Llano más) que conduce Eduardo del Llano, se estrenó el más reciente trabajo del realizador y guionista Casting. Con la peresencia del propio director y parte de su equipo, entre ellos los actores Dayana Legrá, Carlos Gonzalvo y Mario Guerra, el sonidista Pedro Pulido, el productor Ricardo Figueredo, entre otros, la pequeña sala de la casa del ALBA estaba llena, y mucha gente se quedó fuera. La respuesta del público a la presentación de la película y su making of fue excelente. Luego los actores subieron a escena y contestaron algunas preguntas.


Casting contó “con actores espectaculares de la talla de Luis Alberto García, Carlos Gonzalvo, Héctor Medina, Mario Guerra, Tomás Cao, Jorge Molina y Dayana Legrá, a los que dimos mucha libertad creativa y para la improvisación”, comentó Del Llano al presentar el material en la Casa del Alba.

“Hice lo que quería, Casting tiene sabor al dogma escandinavo, con música solo al inicio y al final, los actores mirando directamente a la cámara, planos sencillos, una sola localización, estructurado por secuencias. La idea era reproducir un casting real de la forma más natural posible”.

Casting cuenta la historia de seis candidatos que aspiran a ocupar el rol protagónico de Claudio en “una coproducción cubano-alemana con pretensiones de comedia ligera, comprensible para el público europeo”. De mediana edad, inseguro y frágil, Claudio se adentra en una triada amorosa propuesta por Rosa, el personaje coprotagónico.

La historia pone al descubierto las miserias humanas de sus protagonistas. Está el que le trata de enmendar la plana al director, el inseguro, el catatónico pero que sorprende con su talento; en fin, una representación del mundo interno de los artistas, de sus motivaciones, incertidumbres, contradicciones y frustraciones e intenta evidenciar también la escasez de recursos con que se desarrollan muchas producciones”.






JESÚS FRANCO MANERA (1930 - 2013)

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He tenido abandonado el blog por un mes más o menos. Culpa mía, de pronto me quedé vacío, no he podido escribir nada en un buen tiempo. He estado pasando por una especie de depresión y quizás desidia, cosas de las cuales yo pensé que era invulnerable. Pero ya estoy volviendo en mí, poco a poco. A ver si puedo rodar un par de cortos ya, cueste lo que cueste porque ya me he dado cuenta que el dinero para proyectos de géneros, está esquivo. Solo si haces pornomiseria o películas antizquierdistas consigues el dinero de los fondos. ¡¡¡Que se vayan a la pinga!!!
Pero hoy me embarga la tristeza. Bueno, hoy me sigue embargando porque ya desde la muerte de Chávez, he estado muy triste. Era un hombre al que admiraba y admiro mucho. Al grano, hace casi una semana, exactamente el 2 de abril murió Jesús Franco Manera, realizador, guionista, fotógrafo, montanjista, músico, productor y actor. Jess Franco para muchos, el director español más prolífico de la historia del cine y para mí el ejemplo más tangible de lo que es el auténtico animal cinematográfico. De Franco se han dicho y se dirán muchas cosas, se han escrito muchas reseñas y obituarios sobre su muerte. Un cineasta querido y odiado al mismo tiempo, vilipendiado por unos, adorado e idolatrado por otros. No por gusto fue considerado en una época por El Observatore Romano, el director más impío del mundo junto a Luís Buñuel.
Gente como los críticos Tim Lucas, Carlos Aguilar y Pete Tombs han escrito libros sobre él. El mismísimo Quentin Tarantino le venera. Yo solo quiero decir que aunque no era un realizador que me gustara tanto a nivel cinematográfico, sí me gustaba mucho como persona y personaje, hablador, simpático, exagerado, parecía sacado de cualquiera de sus más de 200 películas… Realizó películas muy apreciables como Gritos en la noche, Rififí en la ciudad, la comedia Tenemos 18 años o el musical Vampiresas 1930películas de culto protagonizadas por Soledad Miranda como Vampyros Lesbos She Killed in Extasy y protagonizadas por su compañera y musa Lina Romay como  La Condesa perversa y Lorna la exorcista. Un hombre que amaba el cine hasta la locura, que rodó las películas que quiso y como quiso (hacía hasta diez películas en un año, y cuando eso no existía el cine digital), y que murió con las botas puestas, digo, con una cámara en el hombro casi. Más o menos una semana antes de su muerte a los 83 años por un accidente cerebro vascular había estrenado su última película: Al Pereira versus Alligator Ladies. Arte Pop, S & M, monstruos, comics, terror, thrillers, WIP, fantástico, cine porno, sobredosis de erotismo y muchas, pero que muchas mujeres desnudas dejó este pequeño (de tamaño) hombrecito mofletudo y grande cineasta que como contó su sobrino, el escritor Javier Marías, dormía con la luz encendida incluso siendo mayor porque le daba miedo la oscuridad. Donde quiera que esté espero que tenga una cámara al hombro y esté convenciendo a una hermosa actriz de hacer un close up, desnuda. Cuando sea grande quiero ser como él. Es mejor morir a los ochenta y tantos filmando en una silla de ruedas mujeres desnudas que morir siendo un abuelito de un infarto con una bolsa cargada de víveres regresando de la bodega.



Aquí algunos de los seudónimos empleados por el maestro:



Jesús Franco, Jess Franck, J. Franco, James Franco, Jesse Franco, Jess Franco, Joan Almirall, Rosa María Almirall, Clifford Brawn, Clifford Brown Jr., Clifford Brown, Juan G. Cabral, Betty Carter, Candy Coster, Terry De Corsia, Rick Deconinck, Raymond Dubois, Chuck Evans, Toni Falt, Dennis Farnon, A.M. Frank, Adolf M. Frank, Antón Martín Frank, Jeff Frank, Jess Frank, Wolfgang Frank, James Gardner, Manfred Gregor, Jack Griffin, Robert Griffin, Lennie Hayden, Frank Hollman, Frank Hollmann, Frarik Hollmann, B.F. Johnson, J.P. Johnson, Yogourtu Ungue, James Lee Johnson, James P. Johnson, David J. Khune, David Khune, D. Khunne Jr., D. Khunne, David J. Khunne, David Khunne, David Kuhne, David Kunne, David Kühne, Lulu Laverne, Lulú Laverne, Franco Manera, J. Franck Manera, J. Frank Manera, Jesús Franco Manera, Jesús Manera, Jeff Manner, Roland Marceignac, A.L. Mariaux, A.L. Marioux, John O´Hara, Cole Polly, Preston Quaid, P. Querut, Dan L. Simon, Dan Simon, Dave Tough, Pablo Villa, Joan Vincent y Robert Zinnermann



A última hora me entero de la muerte de Bigas Luna y Sara Montiel. ¡Que triste! E.P.D.


CARTA ABIERTA A LOS CINEASTAS CUBANOS

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Estimados colegas:

Hace poco más de un año circulé, vía correos electrónicos, dos textos con el propósito de compartir mis puntos de vista sobre una inquietud que nos concierne a todos: el presente, el futuro y la escritura de la historia del Cine Cubano.

El árbol, el verbo, y el cine cubano y A la sombra del árbol, fueron provocados, en su momento por lo que me parecía (y no creo que hayan cambiado) un divorcio entre el funcionamiento de nuestras instituciones culturales cinematográficas y el accionar de los cineastas dentro y fuera de ellas.

No voy a glosar mis textos, pero como siguen vigentes y sin encontrar un mínimo espacio de discusión, los adjunto como parte de mi incitación a dialogar qué somos y qué queremos ser.
Estamos en una coyuntura, en un punto de inflexión, entre un ciclo cerrado y otro que no se abre; vivimos en la discontinuidad y corremos el peligro de no afrontar nuestras responsabilidades con participación y compromiso; o peor, quedar marginados (permitir que nos marginen) de discusiones, reestructuraciones o maniobras de salón que se siguen haciendo entre cortinas como si nuestra sociedad fuera regida por decisiones e intrigas cortesanas a las que solo tienen acceso unos elegidos.

¿Qué pasará con el ICAIC? ¿Qué pasará con el Festival del Nuevo Cine Latinoamericano? ¿Qué pasará con la desarticulación de estas dos instituciones que han regido durante décadas la existencia del Cine Cubano y sus relaciones internacionales?

¿Quién nos pregunta a los cineastas? ¿Qué valor tiene o se le da a nuestra responsabilidad artística e intelectual? ¿Qué valor nos estamos dando nosotros mismos?

Hace unos días, el más reciente Premio Nacional de Cine, Manuel Pérez Paredes hizo un llamado al compromiso y la solidaridad con la obra de nuestras vidas. ¿Cómo reaccionamos a esto? ¿Y cómo al vacío que dejan atrás los fundadores?

Yo no puedo convocar a nadie, pero si reclamo que nos convoquen.

Que nos convoquen los que pueden. Los que tienen un Premio Nacional de Cine que los reconoce, pero también los compromete con la continuidad de una cinematografía que necesita refundirse sobre sus cimientos.

Sino hay asamblea de cineastas, nunca más tendremos derecho a ejercer sobre nuestro destino, quiero decir, el destino del Cine Cubano.


Kiki Álvarez
Realizador de Cine.


El árbol, el verbo, y el cine cubano

En 1960, cuando el ICAIC era joven, una institución joven, Tomás Gutierrez Alea, le escribía cartas a Alfredo Guevara para contarle las peripecias de su rodaje de Historias de la Revolución y compartir ideas sobre el diseño de producción que debía, entonces, desarrollar el Cine Cubano. En una de ellas, fechada el 30 de mayo en Santa Clara, pedía liberar a Julio García Espinosa de las responsabilidades que lo alejaban de la prefilmación de su película Bertillón y comentaba:

Es muy posible que Julio no esté totalmente de acuerdo conmigo en todo esto que hablo. Él piensa que lo importante es hacer películas y llevar adelante todas las demás actividades del Instituto. El está dispuesto a sacrificar gran parte del tiempo que necesita para hacer una película de calidad, para intervenir en otras actividades que también son necesarias. Creo que no está de más seguir discutiendo esta postura. Yo opino que es más importante hacer algunas buenas películas, y que para eso es necesario sacrificar otras actividades. En definitiva, tenemos otro problema en Cuba: tenemos que hacer buenas películas con un mínimo de presupuesto para poder desarrollar una industria estable.

Entonces eran otros tiempos y el ICAIC estaba poblado de cineastas intelectuales que sentían y asumían su protagonismo y su responsabilidad con el desarrollo industrial y artístico del Cine Cubano. Eran jóvenes repletos de sueños y su energía acompañaba el estallido de una utopía social que se multiplicaba en la expresividad de un pueblo que se gustaba a sí mismo, a pesar de los desgarramientos. Por eso Julio y Titón, cada uno eligiendo su camino y su modo de hacer, no dejaron de dialogar nunca con Alfredo, aunque sus posiciones los llevaran a enfrentamientos, contradicciones y rupturas que si alguna vez parecieron o fueron irreconciliables, no dejaron nunca de pensar a nuestro Cine y a su institución.

Pero la historia no se mantiene con el recuerdo de sus momentos fulgurantes, y cincuenta y dos años después es impensable escribir o recibir una carta así. Es impensable porque no hay tradición, porque no hay intercambio, porque no hay interlocutores, porque no hay protagonismo, ni compromiso, ni rabia, ni admiración, ni respeto, ni confianza, ni audacia, ni complicidad. Murió Titón y lo que impera entre nosotros, es el egoísmo, la incertidumbre, el escepticismo, el miedo, el acomodo, los rumores de pasillo, el sálvese quien pueda: unos para la historia (su historia) y otros para la supervivencia y la posthistoria. Con un pasado que pasó, no tenemos presente porque lo estamos desmontando.

Cuando el ICAIC era aquel ICAIC, los cineastas eran cineastas y eran los responsables del diseño de su proyecto; eso fue así durante muchos años, hasta que poco a poco, el proyecto y los cineastas fueron diluyéndose en las circunstancias del deterioro institucional del país que, junto a la aparición de alternativas de formación y producción minaron la exclusividad de su existencia, pero que en ningún caso, me refiero al ICAIC de hoy, indican la pertinencia de su desaparición.

¿Dónde comenzó la decadencia? ¿Con la disolución de los grupos de creación? ¿Por el cierre del noticiero ICAIC? ¿A partir de las normativas que impusieron las coproducciones? ¿Con la proliferación de nuevas tecnologías? ¿Por la aparición de nuevos centros de formación? ¿Bajo el impulso de nuevos actores sociales? Las respuestas solo importan si permiten afrontar, entender y operar en el momento actual. El pasado solo es útil cuando ayuda a vislumbrar un futuro.

De cualquier manera, lo que parece claro, es que el diseño de producción del ICAIC tiene que actualizarse y evolucionar hacia formas más dinámicas y comprometidas con el resultado final de sus procesos industriales y artísticos, porque una película es un producto cultural que requiere una estrategia y un seguimiento que perciba su finalidad y condicione las pautas de su realización.

En el ICAIC vigente, y como consecuencia de una estructura cosificada, el Director de Producción del Instituto es, además de jefe de empresa con todas las obligaciones que eso supone, el Productor Ejecutivo que diseña la estrategia de realización de cada película (previamente aprobada por la dirección del Instituto), para que la producción la ejecute un Director de Producción designado o solicitado por el realizador del film en cuestión. Encargados de producir la filmación de una película, estos productores, más bien administradores de un presupuesto, suelen trabajar más por afiliación con el Realizador, que por la identificación con un proyecto que después está obligado a abandonar en su etapa de postproducción. Entonces los sustituye la figura del Director de Postproducción que maneja la finalización de varias películas a la vez, sin llegar a conocer muy bien ninguna porque no ha participado en su gestación.

¿Entonces con quien dialoga el Realizador? ¿Cuál es su interlocutor real? Si tú tienes un proyecto, tienes que presentarlo para que un comité de lectores o la dirección del instituto lo apruebe o rechace sin que los criterios que se manejan para una decisión u otra estén muy claros y se les de seguimiento. Por eso, si te lo aprueban, tu proyecto pasa al Director de Producción que diseña su realización sin tener en cuenta posibles mercados, ni estrategias de lanzamiento, ni gastos de promoción, ni recorridos de festivales, porque para cada una de estás tareas hay oficinas especializadas en el ICAIC, que el realizador tendrá que visitar con la obstinación, la perseverancia y la soledad de un corredor de fondo, para descubrir, extenuado al final, que en ninguna conocen bien, ni tienen prevista una estrategia para su película, ni cuentan con un presupuesto para sus actividades, porque tampoco participaron en su gestación. Y así fue desde siempre, un modelo centralizado que nunca propició el desarrollo y la sucesión de sus funcionarios porque nunca les creó espacio de trabajo y confianza para su crecimiento profesional. Por eso hoy, por ejemplo, cualquier productor joven, graduado del ISA o de la EICTV de San Antonio de los baños, está mejor preparado para realizar todas estas actividades en conjunto, que cinco o seis especialistas del ICAIC a la vez.

Entonces, ¿qué hacer? No podemos volver al ICAIC que fue, porque ni siquiera somos el país que fuimos. El viejo modelo de un Instituto con control universal de la producción y distribución de Cine en Cuba, hace aguas; no se trata siquiera de que ya todas las películas no se rueden con producción ICAIC, sino lo que es mucho peor, el pésimo estado físico de las salas de proyección y su equipamiento amateur, no logran establecer una diferenciación de calidad, con el comercio ilegal de copias altamente comprimidas (cinco largometrajes en un DVD) que mucha gente prefiere consumir y coleccionar en sus casas. Es una crisis, y es una crisis mucho más esencial que la defensa de los derechos de autor, o el copyright de las productoras; se trata de la implosión de los espacios culturales y la muerte de la incidencia cultural y social del cine cubano.

Por eso no basta con una Semana de Cine Cubano, por muy abierta, interactiva y reflexiva que se proponga ser; será volvernos a mirar el ombligo, y a malgastar recursos mientras el sistema colapsa en dos de sus pilares básicos: la producción (y su anarquía) y el consumo (y su deterioro tecnológico y cultural). Esas, creo, son las tareas sobre las que el ICAIC debe centrar su refundación y no perderse en la creación de un nuevo evento que por sus características y objetivos puede y debe ser organizado por la UNEAC y sus asociaciones de críticos y realizadores audiovisuales.

La situación de la Institución Cine en Cuba, no es un problema a afrontar y solucionar solo por el ICAIC; compete al Ministerio de Cultura, y a todas las instituciones y grupos “independientes” implicados en las múltiples estrategias y formas de producción que coexisten en nuestro actual panorama cultural. Y compete a los cineastas, a cada uno de nosotros, hagamos las películas que hagamos, estemos en la posición que estemos.

Desde hace poco más de un año fuera del ICAIC se rumorea (se anuncia) una sucesión en la Presidencia, un cambio de poder, sobre el que nadie consulta a los cineastas, a todos, como si los cineastas no tuviéramos nada que decir sobre la institución por la que hemos apostado nuestros destinos creativos y nuestra vida profesional.

A eso nos ha llevado el paternalismo, el yo pienso por ti, el yo decido por ti, el yo vigilo por ti; a eso nos ha llevado, nuestra desidia, nuestro acomodo, nuestra irresponsabilidad, el no ser protagonistas, el no ser Titón y luchar por hacer y el cómo hacer nuestras películas, o el no ser Julio y hacer otras actividades que garanticen la continuidad de nuestro cine y la sobrevivencia de un proyecto.

¿Qué pasó que no hubo una generación que continuara, actualizara y renovara la obra de nuestros fundadores? ¿Quién o quiénes provocaron el sismo? ¿Dónde hay un diseño, una previsión, una estrategia que garantice el próximo paso? ¿Por qué vivimos de reacciones que desgarran y no de acciones que nos unifiquen?

Hoy el Cine Cubano ya no empieza en el ICAIC, ni termina en el Festival del Nuevo Cine Latinoamericano, no podemos suponerle un recorrido tan corto y mucho menos un único recorrido; la discusión, creo, debía ser otra que pase por una reflexión sobre el cine que se está produciendo, en qué condiciones y para qué se hace, su interacción social, sus aspiraciones creativas, sus estrategias productivas y comerciales, su preservación, su finalidad cultural.

Vivimos en un país y en un momento que no está para jueguitos de salón, ni confrontaciones estériles, y yo voto porque nuestras instituciones promuevan y recuperen a sus individuos más capaces y talentosos. Voto porque el compromiso, el desvelo, el conocimiento, la inteligencia y la capacidad estratégica sean los dones de la fiabilidad política. Voto porque los dirigentes trabajen contra resultados, o al menos contra proyectos de desarrollo a mediano plazo. Voto porque el dirigente me mire a los ojos y me diga lo que piensa de mí, lo que espera o no de mí, y yo pueda decirle lo mismo, porque confío en su gestión y la apruebo.

Ya no se puede dirigir como se dirige a un campamento, ni encerrado en una tienda de campaña, porque vivimos en un territorio sin límites ni contornos que atraviesan redes virtuales que no se pueden controlar. Entonces hay que dirigir menos y coordinar mucho más. A nadie le interesan los discursos unilaterales; hoy los relatos se construyen en la interacción, en la acción y reacción de una cháchara virtual que hace del mundo un rizoma infinito, sin categorizaciones, ni estatus, que no sean estar o no estar conectados. Hamlet y su dilema, el to be or not to be, mutaron a una paradoja virtual.

Si entras a facebook, yo lo hago a través de una institución cuando puedo, los conectados (hablo de cubanos) casi siempre tienen un debate virtual, un parloteo incesante que suple distancias, soledades, frustraciones, y esa necesidad casi lujuriosa de dibujar nuestros cuerpos estemos donde estemos, vivamos donde vivamos, pensemos lo que pensemos. Entre cubanos Internet se pone caliente, la red virtual se vuelve un solar, y uno que entra y sale de manera discontinua siente que se está perdiendo algo, que no estar conectado te convierte en un no ser.

Ser es ser percibido decía Berkeley, y es ser escuchado, agregaría yo, y es ser motivado a participar, y a ser responsable con el destino de tu nación o mínimo de tu proyecto de vida. Por eso no me considero un intelectual ni actúo como tal; no se puede ser un intelectual siendo un desconectado y ya no basta sentirte responsable con tu entorno e intentar realizar una obra que dialogue con él.

El planeta hoy es una geografía estallada y su única reconstrucción posible es uniendo fragmentos, y dibujando pequeñas fronteras y contornos, entre un cuerpo que se aproxima a otro sin perder cada uno su signo de identidad. No puede ser que tu verdad excluya la mía, cuando no parecen ser contradicciones ni principios fundamentales; y si lo son entonces vamos a discutirlos a camisa quitada, a pecho descubierto.

El cine, regreso al cine, vive de la fragmentación, la discontinuidad y el discurrir; una película, un relato, siempre encuadra una experiencia o una emoción o una peripecia que para reafirmarse tiene que aludir al fuera de campo, al espacio off, al corte en el tiempo, a otra experiencia, a otra emoción. Por eso, mi opción es seguir haciendo un cine que niegue al cine o películas que nieguen mis propias películas o que se nieguen a sí mismas, porque lo que me importa es explorar caminos, o senderos, o rendijas que provoquen inquietud, interrogantes, y no el beneplácito de la complacencia generalizada.

Dos patrias tienen los naturales cubanos: la luz de Cuba, la cegadora luz que definió Eliseo Diego y la oscuridad de sus cuerpos, la de esos danzantes sudorosos que Lezama elogió en su Noche insular, jardines invisibles. Con esos dos poemas y Testamento del pez de Gastón Baquero, yo quise, hace 17 años, darles un contexto espiritual, casi mítico, a los desamparados protagonistas de La ola: -La isla puede ser una ilusión. –decía el muchacho; y su novia, la muchacha, que ya había decidido irse y ser extranjera le contestaba: -No, la isla somos nosotros mismos. Entonces creía todavía, que una voz poética o una película podían cambiar el mundo, creía en la trascendencia del arte y que mi opción, la de quedarme, contribuía a un reservorio ético y existencial que preservaba el equilibrio de la nación. Pero las evidencias son terribles. Hoy ya no espero que una película pueda mejorar a la gente y mucho menos al mundo; el cine acompaña nuestra existencia pero no la transforma; a lo sumo provoca una catarsis o nos abre un resquicio al conocimiento, pero no mucho más; demasiada crisis espiritual, demasiado pragmatismo existencial.

Yo fui el protagonista de La ola, el joven que vio partir sus amores y amigos a sus odiseas, y aún continúa tejiendo hilos que dibujan mi espera; una espera absurda porque hay amores y amigos que ya no los son, y amores que han muerto, y otros que no logro reconocer a través de las fronteras, los años y el deterioro institucional.

La persistencia en la identidad– escribió Lezama- tiende como a crear un doble en la extensión.

Entonces hay que seguir persistiendo. Y por eso en estos días, cada vez que he podido he ido al Chaplin, a ver las películas favoritas de Humberto Solas, a intentar responderme por qué le gustaban, a hurgar en la tradición, a recordar quiénes fuimos, a pensar en mi identidad, y en el ICAIC que debemos y necesitamos tener.

Y así, casi veinte años después he vuelto a ver Sacrificio, el testamento fílmico que Andrei Tarkovski nos legó el mismo año en que yo terminaba la universidad. La historia de un actor que siembra un árbol seco y enseña a su hijo a regarlo todos los días hasta que florezca; y que después promete sacrificar todas sus propiedades y la existencia al lado de su familia, a cambio de que sus seres queridos no sufran la devastación de una guerra nuclear. Y lo hace: quema su casa y comportándose como un loco, se entrega a unos enfermeros para que lo alejen en una ambulancia de sus seres queridos, mientras su hijo, ajeno y feliz, realiza el ritual de regar el árbol.

Entonces el niño, que no había hablado en toda la historia por una operación de la garganta, recupera su voz y mirando al cielo repite una frase que le había escuchado a su padre y se pregunta:

En el principio fue el verbo. ¿Por qué, Papá?

Si queremos un ICAIC que responda a las necesidades de nuestro tiempo hay que refundirlo como árbol.

La acción es seguir regando.


Kiki Álvarez
La Habana, diciembre 2011 / enero de 2012.



A la sombra del árbol.

Nosotros tenemos la experiencia, pero perdimos el sentido, un acercamiento hacia el sentido restaura la experiencia.


T.S.Eliot.

Leo en el Diario de Rodolfo Walsh:

"A un hombre riguroso le resulta cada año más difícil decir cualquier cosa sin abrigar la sospecha de que miente o se equivoca"

Entonces: ¿Cómo enunciar una idea o un cuerpo de ideas, bajo la incertidumbre de no ser riguroso? ¿Cómo no abrigar la sospecha de que uno miente o se equivoca, bajo un aluvión de otras ideas, otras incertidumbres, otras certezas?

Defino que no hablo por nadie, y ni siquiera, en última instancia, por mí. Hablo por la continuidad del Cine Cubano y por la pertinencia de reorganizar su cuerpo institucional ante una realidad en pleno proceso de mutación y redefinición de sus formas económicas y valores sociales y culturales.

Preciso que no tengo la verdad, y que mis enunciados no excluyen el valor de otras voces, otros saberes, otras construcciones; y que la verdad es siempre la conjunción de muchas verdades, diversos puntos de vista, múltiples experiencias de vida, subjetividades, disidencias.

Por eso disiento del caos, del fin de la historia, del borrón y cuenta nueva, de la teoría del complot, y de cualquier estrategia que no contemple dentro de las causas culturales, la revitalización tecnológica y productiva y la institucionalización de un marco legal y financiero que permita impulsar y garantizar con eficacia la prosperidad del Cine Cubano.

Por cuanto: El cine es un arte. Con esta premisa, inicio de la Ley de Creación del ICAIC, se fundó el organismo rector de la producción y la distribución de Cine en Cuba, con el propósito de articular un complejo industrial altamente tecnificado y moderno y un aparato de distribución de iguales características. O sea, un enunciado que reconocía la condición mercantil de la producción cinematográfica, en un mundo donde la obra de arte, incluso la más sofisticada o experimental, funciona como objeto de consumo que requiere de un ciclo de producción, venta y distribución que garanticen su reproducción.

Quiero decir, no basta la voluntad política, ni el apoyo financiero, para garantizar la modernización y el desarrollo de nuestra industria cinematográfica. Tal vez baste para sostenerla o para mejorar el estado actual de las cosas, pero sin un pensamiento que entienda que la salvación de nuestra cultura y de nuestro proyecto social, precisa de un riguroso ejercicio de reflexión y aplicación práctica, no vamos a dar un salto.

Si miramos nuestra historia, la del cine cubano, podemos constatar, que la creación de nuestras películas siempre ha nacido de la necesidad expresiva de nuestros directores, del desarrollo de obras más o menos personales y de una voluntad de autoría que siempre ha supeditado y condenado la figura del productor, a la limitada función de un administrador de recursos que nunca participa en la gestación ni se responsabiliza con la finalidad de su producto.

En el ICAIC nunca se ha estimulado el desarrollo de productores creativos que acompañen, complementen y enriquezcan la obra de los realizadores. Nunca los hemos obligado a estudiar el mercado y encontrar los espacios propicios para nuestras producciones. Nunca los hemos responsabilizado con la autoría de sus productos, ni con sus resultados económicos y artísticos.

Los artistas, lo sabemos, trabajamos a partir de nuestros fines, y nos gusta operar en nombre de la libertad de expresión, de la necesidad de hacer, y del derecho a construir una obra que responda a nuestra ambiciones personales y a nuestro desarrollo como individuos, aunque todo esto pueda estar mediado, o incluso determinado, por la relación entre subjetividad y sociedad, por el nivel de compromiso creativo, o por cómo queremos ser reconocidos o aceptados.

Para entreverle un futuro a nuestro Cine, necesitamos, primero, actualizar los principios con que se articulan nuestras producciones. Necesitamos productores creativos que dominen el proceso industrial del Cine, y trabajen con garantías y junto a los realizadores, la gestación y la finalidad de sus proyectos.

Y ojo, que no estoy hablando de hacer cine comercial, ni de privilegiar una forma de hacer o de entender el Cine por encima de otra. De lo que se trata es de encontrar los circuitos de distribución para cada una de nuestras películas (los hay para todas) y de no aprobar presupuestos a proyectos que no garanticen, como mínimo, la recuperación de sus inversiones, aunque esto, ahora mismo, sea una quimera dentro de un estadio macroeconómico lastrado por la convivencia de una doble moneda que desfigura el valor real del dinero y su circulación en las transacciones comerciales de la sociedad cubana.

Necesitamos profesionalizar nuestra tecnología. No se puede filmar, distribuir y preservar nuestras películas en formatos caseros. No podemos rodar en full HD y después comprimir a DVCam, o Betacam. No podemos atentar contra la preservación de nuestras propias inversiones. Hay que almacenar en Linear Tape Open (LTO), el formato de más garantías a nivel industrial para preservar datos digitales y que ya está siendo usado en el ICAIC por el departamento de sonido, pero que, por la garantía profesional que ofrece, sería sensato extenderlo a los Archivos, y a la masterización de las Producciones.

Hay que revalorizar nuestras salas de cine, nuestras hermosas salas de Cine que son únicas en el mundo. Ellas forman parte de nuestro patrimonio y no deberíamos escatimar esfuerzos económicos y políticos para restaurarlas y preservarlas en sus dimensiones y valores arquitectónicos, además de dotarlas de una tecnología de punta que les devuelva su esplendor y su función como santuarios del cine y la cultura. Sin exhibiciones de calidad, no podemos fomentar un cine de calidad. Recuperar espectadores, recuperar ciudadanos para la cultura, recuperar una ciudad para el consumo cultural y para el ocio de sus habitantes, debería ser el fin que nos uniera a todos.

Hay que exhibir nuestras películas y discutirlas, pero exhibirlas y discutirlas todo el año, en una sala que se convierta en Cinemateca del Cine Cubano, en un centro cultural y comercial, donde la reflexión, la exhibición y la venta de películas, afiches, libros, revistas, y otros productos de promoción cinematográfica, se conviertan en un hecho cotidiano de nuestra vida cultural y no en ofertas puntuales que no aseguran, ni obligan, a una continuidad, ni a una perspectiva de desarrollo.

Se trata de la sobrevivencia y el futuro de nuestra producción cinematográfica y de prepararnos para actuar en nuevos escenarios. Bien leída nuestra ley de Cine del año 59 sigue siendo operante y lo que requiere son nuevas interpretaciones y aplicaciones que reconozcan, legalicen, e instrumenten, las nuevas variantes de realización y producción cinematográficas que ya existen y están siendo impulsadas por nuevos y viejos cineastas, que trabajan hoy, en los márgenes de la industria.

Para una nueva Ley de Cine, no hay todavía una articulación social y económica que propicie la creación de fondos de fomento o de estímulo a la creación cinematográfica, ni un mercado interno que propicie la refinanciación de nuestras películas. Se necesita, además de voluntad política y cultural, de una nueva praxis económica que a duras penas se está intentado fomentar.

El ICAIC tiene en sus manos la perspectiva cultural, pero requiere desarrollar un pensamiento empresarial que viabilice, sostenga y de impulso a sus prestaciones. Y no sería solo una tarea para salvar al Cine Cubano; en un país inmerso en cambios estructurales hacia la convivencia de nuevas formas económicas, el fortalecimiento de instituciones capaces de condicionar comportamientos empresariales desde y para la cultura, se convierte en una necesidad vital. Estoy hablando de desarrollo sostenible, de ecología social, de ir restaurando, paso a paso, nuestra independencia cultural.

Kiki Álvarez.
Febrero-marzo de 2012.

UN TEXTO INTERESANTE Y NECESARIO

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Amigos,

ayer, durante el lanzamiento del libro de Alfredo Guevara , Martínez Heredia señaló que los intelectuales cubanos (y cineastas incluyo) están ante la responsabilidad de suplir el vacío de pensamiento y acción que él deja. Y a nosotros, los jóvenes, nos retaba a seguir su huella.
Recordé cómo Alfredo varias veces replicó la falta de conciencia crítica y el ejercicio de la crítica misma en nosotros los jóvenes: la incitación al diálogo, al debate, al desencuentro de ideas mientras sea germinador.

Ahora más que nunca le temo al silencio, al confinamiento individual de pensamiento y acción. Y una prueba tácita y triste fue la ausencia de diálogo después de la intervención de los ilustres intelectuales que presentaron el libro. Nadie pidió la palabra, nadie expresó su opinión, ninguna voz joven salió en representación de la mayoría que estábamos frente al panel. Y lo digo con profunda voluntad de autocrítica. Alfredo no hubiera permitido ese silencio. ¿Pero cuál de los tantos Alfredo? (Porque esa fue una idea muy reveladora que surgió en la presentación del libro). El Alfredo de acción, el Alfredo gestor, el Alfredo elucubrador. Pero no podemos olvidar el Alfredo cineasta, ese Alfredo fundador, maestro, conocedor y amante del poder de la imagen... ese Alfredo que no hubiera permitido que ningún cineasta estuviera del lado de allá del panel. El mismo Alfredo que ideó y dibujó el ICAIC junto a otros fundadores que aún están entre nosotros; el mismo Alfredo que potenció y lanzó el Movimiento del Nuevo Cine Latinoamericano y el Festival de La Habana a todos las pantallas y mercados del ámbito cinematográfico mundial. Y lo mejor para cumplir con la responsabilidad que nos deja es que su obra, pensamiento y proyectos perduren.

Quisiera ordenar mejor mis ideas pero ante un texto como el de Kiki, tan inspirador y provocador, siento la necesidad de hacerlo circular lo más pronto posible lo que me impulsa a escribir estas frases.

saludos,
Luis Ernesto Doñas

Desde luego que es un texto provocador en el mejor y más revolucionario sentido. Pero no ha sido el único. Al menos desde finales de los 80 hemos leído en el ámbito del cine, llamados a cambiar las cosas. ¡ Hasta se suscribieron manifiestos y declaraciones de cineastas cubanos! Pero esas preocupaciones e ideas vertidas con rigor y justicia sobre el estado de nuestra cinematografía cayeron una y otra vez en saco roto. Cartas, ensayos, libros, blogs, críticas, entrevistas, documentales, filmes, reuniones, congresos y debates han proliferado y sucedido a lo largo de más de 20 años, sin que por tal motivo el cine nacional se haya real y definitivamente recuperado o refundado. Para decirlo de manera rápida y sencilla, nuestro cine, ¿sin prisas pero sin pausas?, fue absorbido por la burocracia, la mediocridad y la falta de decisiones políticas o culturales encaminadas a su recuperación. No fue capaz de marchar a su tiempo y hoy vemos como prácticamente todo el entramado financiero, productivo, artístico e industrial del cine nacional está colapsado. Bien diferente es la situación de por ejemplo toda Latinoamérica cuyas cinematografías han logrado emerger casi desde sus cenizas o de la nada. ¡ Ni que hablar de temas como exhibición, promoción, distribución de nuestros filmes!. Lo peor es que tal descalabro no parece importarle a ninguno de los que toman las decisiones importantes. La pérdida reciente de, primero, Camilo Vives y ahora de Alfredo Guevara supone de manera metafórica la disolución de ese extraordinario proyecto cultural llamado ICAIC. Entonces, ¿qué podemos hacer ahora? ¿ Cuál es el próximo paso?

Saludos,
Gustavo Arcos

GUSTAVO ARCOS SOBRE REUNIÓN DE CINEASTAS CUBANOS

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No hay sábado sin Sol..

Los cineastas cubanos se han reunido frente al edificio ICAIC, tras una espontánea convocatoria que movilizó a casi 60 de ellos en la sala Fresa y Chocolate. Hacía rato que tal encuentro no se producía y el acto, significó el primer punto llamativo de la cita. Los había de todas las generaciones y posturas estéticas, pero esas diferencias se dejaron a un lado para asistir al llamado del realizador Enrique Álvarez a salvar el cine nacional.

Y es que, por una parte, la unidad no ha sido precisamente una de las virtudes que han acompañado a las nuevas generaciones. Demasiadas cosas, que han afectado o contaminado el desarrollo de nuestro cine, se han dejado pasar. Decisiones desafortunadas tomadas por funcionarios sin contar con los artistas, reiteradas censuras de filmes, caóticos diseños de programación y estrenos, insuficiente presencia en mercados internacionales, cierre casi total de los circuitos de exhibición en el país, ausencias de fondos para el fomento de la industria cinematográfica, notable debilitamiento tecnológico, pérdida de espacios legítimos donde promover o comercializar las obras en el territorio nacional, excesivas demoras en la implementación de leyes que amparen al creador audiovisual autónomo, son entre otros muchos, los problemas que han venido mellando la voluntad de los artistas y cineastas alejándolos de la institución y del otrora sentido de pertenencia que tenían por ella. De otra parte, la llegada de las nuevas tecnologías han abierto el camino para una creación mucho más independiente y efectiva, generándose una conciencia individualizada que confía mucho más en las acciones personales o de pequeños grupos de producción, que se mueven bajo otras dinámicas, presupuestos e intereses. En Cuba, desde hace años se filma mucho, pero se sabe que una parte considerable de esa imagen de la nación está realizada, a cierta distancia del control oficial.

Partiendo de esa realidad, que hace contrastar dos modelos de producción cinematográfica: el centralizado y controlado por el aparato del estado y el conformado por gestores y artistas independientes, se iniciaron por Fernando Pérez, las intervenciones en esa tarde de sábado. Fue unánime el llamado a que el cuerpo jurídico del estado dictara de una vez la Ley del Creador Audiovisual Autónomo. Una figura que legitimaría a muchos creadores con sus pequeñas productoras. Es algo esencial y vital del que parten todas las otras acciones. Esa sombrilla legal, permitiría sanear todo el hoy enrarecido carácter de estas “casas productoras”, que si bien son toleradas, no cuentan con respaldo oficial para hacer, por ejemplo, su actividad financiera, contratar personal técnico o artístico, percibir ayudas monetarias de compañías, empresas, bancos nacionales o extranjeros, proteger adecuadamente su propia obra ante una piratería institucionalizada, construir sus propios fondos de inversión para proyectos futuros, suscribir convenios de coproducción con otros estudios, etc. En el país hay cerca de un centenar de productoras independientes realizando todo tipo de actividades audiovisuales, filmando en el campo de la publicidad, el clip musical, la animación, las películas de largo y mediometraje, los documentales, cortos y hasta obras de video experimentales.

¿ Debe el ICAIC seguir siendo institución y productora de filmes al mismo tiempo? Esa pregunta fue lanzada, por el cineasta Pavel Giroud, sin encontrar consenso. Es la experiencia que se sigue en buena parte del mundo, pero en Cuba las productoras independientes no existen legalmente y mucho menos hay compañías o estudios de cine encargados de generar los filmes. Por tanto el ICAIC, produce, exhibe y distribuye. Pero es un camino a transitar que parece inevitable. Entonces ¿ para qué esperar?.

¿ Debería sustituirse la institución por una Academia del Cine Cubano?. Esa estructura estatal ya creada pudiera por ejemplo, concentrarse en proteger el patrimonio fílmico de la nación, pudiera trazar políticas, crear fondos de apoyos financieros, organizar eventos, premios y festivales, propiciar circuitos de exhibición bajo políticas coherentes de estrenos y promociones al cine nacional, colaborar con las escuelas de cine e instrumentar programas de apreciación audiovisual en los niveles de enseñanza, editar revistas, libros y textos acerca del cine y sus técnicas, abrir locales y espacios de exhibición de filmes de culto o con valores estéticos, atender a las necesidades de los cineastas, en fin, encauzar con acciones y conceptos todo un entramado que impulse políticas culturales en el campo del cine, mientras que la realización directa de los filmes corra a cuenta de las casas productoras.

Otros temas fueron también tratados por los cineastas cubanos, como por ejemplo, el deplorable estado de las salas cinematográficas, reducidas casi a la veintena en todo el país. Urge un rediseño de estas estructuras y locales, que desde hace años debieron, muchos de ellos, ser reconvertidos en multisalas o espacios de exhibición especializada. No se aplican diseños de promoción que muevan al espectador a las salas, puesto que rara vez se produce en ellas un verdadero disfrute del espectáculo cinematográfico. La idea de que el cine puede ser una fuente generadora de riquezas, espirituales y también financieras, parece haber sido abandonada por los funcionarios y decisores quienes las han reconvertido total o parcialmente en espacios para shows musicales, actos circenses o programas humorísticos. Los realizadores alertaron del atraso tecnológico de las pocas que quedan, pues cuentan con equipos en desuso y poco efectivos para la correcta proyección de sus filmes. Resulta paradójico que se invierta en conseguir una alta calidad visual y sonora de las obras y después no puedan apreciarse estas en nuestras salas, dotadas de tecnologías incompatibles.

Para la gran mayoría de los asistentes no hay en estos momentos, una política visible, clara y coherente que defienda el cine nacional. Se toman decisiones a espaldas de los cineastas o creadores audiovisuales y el otrora prestigio y nivel internacional de nuestra cinematografía se ha visto superado por el crecimiento y la estabilidad continuada de casi todas las cinematografías del continente. Alguien incluso habló de la nueva ley del cine en República Dominicana, una letra recién suscrita que por su visión de futuro, se entendía, pudiera servirnos de ejemplo. ¿ República Dominicana?. Pues sí, parece que nuestros vecinos con apenas veinte largometrajes en toda su historia nos puede enseñar el camino en materia cinematográfica.

He ahí la urgencia de este encuentro, que tal vez devenga en movimiento, en gestos, ideas y acciones que nos permitan rescatar o mejor, rediseñar nuestro cine, mirando sí, hacia ese proyecto cultural, que bajo las siglas de ICAIC fue el primero gestado por la Revolución. Pero también y quizás sobre todas las cosas, observando las dinámicas del presente, bajo la clara premisa de que no hay mayor impacto en el desarrollo de los valores y la conciencia humana, que el ejercido por una imagen.

Gustavo Arcos.

La Habana, 6 mayo.- Cineastas de tres generaciones exigieron participar
en la reestructuración que vive el estatal Instituto Cubano del Arte e
Industria Cinematográficos (ICAIC), y cambios urgentes en las formas
de producción y distribución del cine hecho en el país.

La polémica se encendió con una carta sobre el tema circulada en abril
pasado bajo la firma del realizador Kike Álvarez y tuvo su clímax en
una reunión de cerca de 70 personas del audiovisual cubano, realizada
el pasado 4 de mayo, en el capitalino centro cultural Fresa y
Chocolate.

Reunión

"No sabemos qué va a pasar", dijo el cineasta cubano Fernando Pérez,
que lideró junto a Álvarez el "encuentro espontáneo", como el mismo
calificó la asamblea.

El director de películas cubanas emblemáticas, como "Clandestinos"
(1987) o "Suite Habana" (2003), confesó que "lo que más nos conmina a
estar aquí es la falta de información y participación" en los
proyectos de cambios en la institución estatal rectora de la
producción y comercialización del cine cubano.

La cineasta Rebeca Chávez insistió que saben "por rumores" del
"mandato de reformular el ICAIC", como parte de las reformas
económicas que vive Cuba desde 2008.

Los rumores sobre un estudio para transformar el instituto
cinematográfico y la suerte del Festival de Nuevo Cine Latinoamericano
de La Habana tras la muerte en abril pasado de su presidente, Alfredo
Guevara, pusieron en alerta al movimiento cinematográfico cubano,
trascendió en la reunión.

En ese sentido, la vicepresidenta del ICAIC, Susana Molina, confirmó
que existe una comisión creada por Miguel Díaz-Canel –primer
vicepresidente del Consejo de Estado y de Ministros- y Marino Murillo
–vicepresidente del Consejo de Ministros-, para "transformar todo el
cuerpo legal que puede estar frenando el desarrollo de esa actividad
(la de producción cinematográfica)".

La junta evaluadora está presidida por el Ministro de Cultura, Rafael
Bernal, e incluye a representante de instituciones y organismos del
Estado, como el Ministerio de Justicia y el de Finanzas y Precios, así
como a dos cineastas, Manuel Pérez y Jorge Luis Sánchez.

Molina, que integra la comisión de marras, precisó que el ICAIC es "la
única institución cultural que está participando de ese beneficio".

Para la funcionaria, la consulta con los realizadores "es obligatoria"
porque "no se puede avanzar sin el consenso".

Molina aseguró que cuando "tengamos la información un poquitico más
estructurada, la vamos a socializar y el diagnóstico real va a
depender de todos ustedes".

"El sentido de esta reunión es que hay impaciencia porque no puede
existir siempre el mismo discurso. Vamos a cambiar y es urgente",
manifestó Pérez, que rodó de manera independiente sus dos últimos
largometrajes.

Según el director, es el momento de "decir impacientemente no". Y
agregó: "si no hay respuestas, no habrá cine nacional".

"Existen propuestas precisas y soluciones, mientras la comisión
empieza a hacer un análisis de todos los problemas que tiene el
ICAIC", indicó la realizadora Magda González.

González se refirió al documento "Relaciones de producción: un nuevo
enfoque", que la no gubernamental Unión de Escritores y Artistas de
Cuba presentó a las autoridades en su VII Congreso, desarrollado en
abril de 2008.

"Es una plataforma programática, con exactamente lo que el Estado le
está mandando a hacer hoy al ICAIC. Se basa en las prioridades y
reglas generales para producir películas, acceder a un presupuesto con
libertad y organizar la producción de proyectos", destacó.

Demandas

El grupo de cineastas decidió no esperar los resultados del
diagnóstico para replantear sus demandas. Según indicaron, todos sus
planteamientos serán incluidos en un documento que verá la luz
próximamente.

La legalización del cine y las productoras independientes, la
actualización de las formas de producción, retribución a cineastas,
mecanismos de distribución y exhibición nacionales e internacionales y
el deterioro de las salas de cine del país, encabezan los asuntos a
tratar en el texto que elaborarán las y los cineastas.

Para el creador Esteban García Insausti, hay que tomar el "camino más
difícil o el más lejano" para tener "una ley de cine".

"Toda la región la tiene. Se necesita un cuerpo legal que respalde lo
que hemos estado hablando. Con esto lograremos que el cine se
democratice de una manera transparente", puntualizó.

Con tales propósitos se eligió una representación de 12 personas del
audiovisual cubano, que tiene la tarea de perfeccionar una propuesta
de demandas a presentar ante las más altas autoridades del país.

La redacción del documento es responsabilidad de los directores Rebeca
Chávez, Magda González, Lourdes de los Santos, Fernando Pérez, Manuel
Pérez, Enrique Colina, Jorge Luis Sánchez, Pavel Giroud y Pedro Luis
Rodríguez; el guionista Senel Paz y los productores Inti Herrera y
Daniel Díaz Ravelo, elegidos en la asamblea.

El pasado 5 de abril, los jóvenes realizadores del país también se
unieron para exigir al ICAIC más autonomía para la Muestra Joven,
único festival que, durante más de una década, divulga la producción
cinematográfica joven e independiente de Cuba. (2013)
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